miércoles, 6 de junio de 2012

Se oye el suave rodar de un coche.
Silencio.
Una  corriente de aire fresco mueve las cortinas.
Silencio.
Un mirlo canta largamente.
Silencio.
A las 6 de la mañana, en Madrid puedes tener la breve ilusión de estar en medio del campo.
Silencio.
Después vendrá el ruido, la locura.
Y todo vuelve a empezar.